viernes, 13 de mayo de 2011

El japonés, la lengua del diablo

En las últimas semanas he estado leyendo una buena cantidad de manga, a través de los Scanlations (grupo de gente dedicada a traducir un determinado manga) que predominan en la red y  con el artículo anterior, me decidí a averiguar más sobre aquellos títulos en la Weekly Shonen Jump, uno de ellos es una serie relativamente nueva llamada Sengoku Armors, que a pesar de tener ocho números  ya publicados sólo encontraremos uno traducido al inglés.
Con esta serie pensé realizar un ejercicio usado mucho para los jóvenes  que quieren aprender inglés y es la traducción textual de las una canción que le guste para ir entendiendo términos y demás, claro que en este caso sería un manga no una canción.
La primera diferencia que encontrará un occidental con respecto a la escritura japonesa es el sentido en el cual se realiza, escribiéndose los libros de derecha-izquierda, esto no supone ningún problema serio para la gente que lo intenta y más a personas acostumbradas  a leer manga traducido (como yo) que usa  la misma forma.
A partir de aquí, verdaderamente se empieza a complicar, el idioma japonés tiene tres tipos de forma para escribirse hiragana, katagana y kanji. En una frase (como muestro abajo) podremos tener los tres tipos, esto para un occidental representaría a algo similar a escribir en una misma frase con  mayúsculas, minúsculas y letra cursiva.

Tanto el hiragana como el katagana son un conjunto de caracteres que representan determinadas silabas como en los alfabetos occidentales cada carácter representa una letra, con la que podemos forma una palabra. Cada uno de estos tipos  de escritura está compuesto por un conjunto de 46 caracteres.
Esto le da al idioma un tono complejo por la cantidad de caracteres, pero después de ver más de cerca veremos,  que con estos no tendremos toda la diversidad de sonidos que nos ofrecen otros idiomas, por ejemplo no tendremos ningún sonido con “l” ni ningún sonido producido por una consonante sola, en este último punto me alentaba el idioma ya que al no tener sonido  como esos, muy presentes en los idiomas inglés y alemán, parecería ser más cerca al español que esos dos.
Pero la verdadera inconveniencia del idioma es la escritura en Kanji, basada en pictogramas que representan conceptos específicos, como lo harían los jeroglíficos egipcios, pudiéndose ser combinados para formar conceptos aún más complejos.
 La tarea cada vez se empieza a ver más y más compleja,  sobre todo cuando se descubre que los Kanjis se podría decir que son casi infinitos, claro que no todos  son “oficiales” existe una lista con  los Kanjis que se pueden usar en la prensa escrita, sólo son 1945, número que a mi particularmente me parece muy grande además de ser el año en el que dos de sus ciudades fueron destruidas por bombas nucleares, pero esto no tiene nada que ver.
Estos 1945 Kanjis un japonés los aprende progresivamente  a lo largo de nueve años de estudio entre la escuela primaria y secundaria.
Además  cada uno de los kanjis se puede leer de diversas maneras conocidas como Onyomi y Kunyomi, dependiendo de si está solo o esta con otro kanji formando un término más complejo. Haciendo el estudio de los kanjis tener tres formas: estudiar su escritura, su lectura en Onyomi y estudiar  su lectura en Kunyomi.
Después de leer un poco, me empiezo a percatar que muchos de los expertos cuestionan la posibilidad de una persona no-nativa que tenga un dominio similar al que tendría un estudiante de secundaria regular, y argumentando que la posibilidad de un occidental que aprenda por completo el lenguaje  es casi imposible.
Después de esto podemos ver porque los exploradores portugueses llamaron a este idioma “la lengua del diablo” y es muy difícil de que esta se convierta en un referente  a nivel mundial como lo es el inglés en este momento.

1 comentario: